Creación de planes de fertilización adecuados al cultivo y al tipo de suelo, para una óptima aplicación de productos fertilizantes
En el desarrollo de las plantas, estas llevan a cabo una extracción de nutrientes del aire y el suelo. Estos nutrientes pasan a incorporarse a los órganos de la planta (raíces, tallo o ramas, hojas, flores y frutos). Los órganos cosechados se llevan pues los nutrientes que la planta ha tomado para formarlos, necesitamos reponer los nutrientes ingeridos por la planta del suelo para que en el próximo ciclo productivo estos se encuentren de nuevo disponibles para la planta.
Calculando las extracciones de nutrientes que se producen por parte de nuestro cultivo, conociendo el estado nutricional del mismo y sabiendo las características físico-químicas del suelo; podemos planificar la fertilización de nuestra parcela con el fin de aplicar los elementos que necesite nuestro cultivo y en la forma que los necesite. También se debe buscar fertilizar en los momentos idóneos evitando pérdidas por lixiviación, que pueden acarrear problemas medioambientales.